Speed, meth y crystal: La verdad oculta tras la droga juvenil que arrasa las calles

Todo empieza con una sensación de euforia inmediata, como si el mundo se volviera más brillante, más rápido, más claro. Cada vez que consumes Speed, sientes que puedes conquistar el mundo, que todo a tu alrededor cobra vida. Tu corazón late más rápido, tu cuerpo parece lleno de energía y fuerzas, y por un momento, todo parece tener sentido. El dolor, las preocupaciones, las inseguridades… Todo desaparece. Es como si pudieras escapar de tu propia mente y del peso de la realidad.

Pero lo que nadie te dice, lo que no te cuentan mientras te lanzas a esa sensación de “éxtasis”, es que, debajo de esa falsa energía, se esconde una oscuridad profunda. Esa euforia que te empuja a seguir adelante es solo un disfraz. Un disfraz que te engaña, que te hace creer que todo está bien mientras, poco a poco, te va desgastando desde adentro.

En ese momento de euforia, no sientes el daño que se está haciendo a tu cerebro, a tu corazón, a tus relaciones… Pero cuando el subidón se va, cuando la energía se desvanece, lo que queda es un vacío profundo, un agotamiento total, y la necesidad de más. Esa necesidad que crece cada vez más, que se convierte en desesperación, y que te lleva de vuelta a consumir esta droga ¿Y sabes qué es lo peor? La adicción no tiene piedad, y lo que empieza como un escape temporal termina siendo una cárcel emocional de la que parece no haber salida.

Este artículo está aquí para explicarte qué es el Speed ¿Por qué es tan destructiva esta sustancia? ¿Cómo afecta realmente? ¿Por qué es tan fácil caer en su trampa y tan difícil salir? Descubre todo lo que debes saber.

¿Qué es el Speed? Todo lo que debes saber sobre esta droga tan destructiva

El Speed es el nombre común de una droga sintética que contiene metanfetamina, una sustancia altamente adictiva que afecta el sistema nervioso central. Teniendo en cuenta la información introducida en la página web oficial del Plan Nacional sobre Drogas, esta droga se presenta en forma de polvo blanco o cristal, y cuando se consume, produce un fuerte aumento de la energía, euforia y sensación de poder.

Popularmente conocida como “speed”, “meth” y “chalk” o bien “hielo” o “crystal”, esta sustancia actúa acelerando las funciones cerebrales, causando que la persona se sienta hiperactiva, despierta y llena de energía. Sin embargo, sus efectos son temporales, y pronto la persona se ve atrapada en un ciclo de consumo para evitar la caída de esa falsa energía.

El auge de la droga Speed: ¿Por qué se ha vuelto tan popular?

El Speed, con sus efectos inmediatos de euforia y energía, puede parecer la respuesta perfecta para aquellos que están buscando una forma rápida de escapar de la presión diaria, del estrés o incluso de las inseguridades que muchos enfrentan. Para los jóvenes, que a menudo luchan con la identidad, las expectativas sociales y el temor al futuro, el Speed se ofrece como una solución aparentemente simple.

Pero lo cierto es que, en ese primer encuentro, lo que parece un alivio temporal puede convertirse rápidamente en una espiral de dependencia. A medida que los efectos del Speed desaparecen, llega el vacío, el cansancio y la necesidad de más para sentir lo mismo. Es en ese ciclo donde el Speed se convierte en un monstruo silencioso que va controlando poco a poco tu vida. Sin quererlo, te ves atrapado/a en la necesidad constante de consumir para evitar la caída, para escapar del vacío que la droga deja atrás.

¿Cómo se produce y obtiene el Speed, meth y cristal? Origen y fabricación

El Speed, la metanfetamina y el cristal son drogas sintéticas que se producen en laboratorios clandestinos mediante la combinación de químicos peligrosos, como las anfetaminas y otros compuestos químicos altamente volátiles.

En este proceso, los productores a menudo utilizan métodos caseros y rudimentarios que no solo aumentan los riesgos de contaminación, sino que también pueden dar lugar a sustancias impuras y con una potencia mucho más alta de lo esperado, lo que incrementa los riesgos para la salud. Estos compuestos se refinan para crear el polvo blanco del Speed o los cristales del cristal, que se venden en las calles bajo diversas formas.

Ahora bien, el verdadero problema no solo radica en la sustancia en sí, sino en el impacto profundo que esta droga tiene en el bienestar personal, emocional y social de quienes la consumen. El daño va más allá de lo físico, afectando las relaciones, la estabilidad emocional y la calidad de vida en general.

Speed, meth, cristal y hielo: ¿En qué se diferencian?

El Speed, la meth, el cristal y el hielo son nombres diferentes para drogas que, aunque pueden variar en apariencia, contienen el mismo principio activo: La metanfetamina. Todas estas sustancias tienen efectos muy similares en el cuerpo y la mente, pero a menudo se les da nombres distintos dependiendo de la forma en que se venden o de las regiones donde se consumen.

El Speed generalmente se presenta como un polvo blanco, mientras que el cristal o hielo es la forma cristalizada, más pura y potente de la metanfetamina. La meth es simplemente una forma abreviada de referirse a la metanfetamina en sus diversas presentaciones, que incluyen tanto el polvo como los cristales.

La diferencia entre ellas suele estar en su pureza y en la manera en que se consume: El cristal o el hielo se suelen fumar o inhalar, lo que puede hacer que los efectos sean mucho más intensos y rápidos.

Consumo de Speed en Europa y su impacto: Estadísticas y tendencias actuales

El consumo de Speed, también conocido como metanfetamina, ha aumentado en varias partes de Europa en los últimos años, y su prevalencia es cada vez más preocupante. En particular, países como la República Checa, Eslovaquia y otras naciones del este de Europa han sido conocidos por tener las tasas más altas de consumo, pero lo que muchos no saben es que, en los últimos tiempos, ha comenzado a extenderse a otras regiones del continente.

Un estudio realizado por el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (EMCDDA), en el que se analizaron las aguas residuales de 100 ciudades europeas, se reveló la presencia de diversas drogas, entre ellas las anfetaminas y la metanfetamina.

• Aunque en países como España, la cocaína sigue siendo la droga más consumida, el estudio también encontró que el Speed ha comenzado a marcar su presencia.
• En ciudades como Barcelona, Tarragona y Santiago de Compostela, se detectaron metabolitos de metanfetamina, con Barcelona registrando la mayor cantidad, con 56,09 mg por cada 1000 habitantes en marzo de 2022.

A nivel de jóvenes, la situación es igualmente preocupante. Según la Encuesta sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), el 1,7% de los estudiantes de entre 14 y 18 años en España han consumido anfetaminas alguna vez en su vida, y el 1,5% ha probado metanfetaminas, un derivado mucho más potente y destructivo.

Esto demuestra que el Speed no solo es un problema entre adultos, sino que también está afectando a las generaciones más jóvenes, aquellos que aún están formando su identidad y enfrentando desafíos emocionales y sociales.

Los efectos de la droga Speed en el cuerpo y la mente

El consumo de Speed no solo afecta a la mente, sino que también deja una marca profunda en el cuerpo, y es fundamental entender cómo estos efectos pueden desarrollarse con el tiempo. En esta sección, exploraremos de manera detallada lo que ocurre cuando alguien consume esta droga, tanto en el plano físico como psicológico.

Impacto físico: ¿Qué le sucede a tu cuerpo con el consumo de Speed?

Cuando consumes Speed, el sistema nervioso central se ve estimulado, lo que provoca un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Tu corazón late más rápido y con mayor esfuerzo, lo que puede llevar a problemas cardíacos, como arritmias o ataques al corazón. A largo plazo, este esfuerzo constante sobre el corazón puede ser extremadamente peligroso.

Además, el metabolismo se acelera, lo que puede llevar a una pérdida de peso rápida y a una desnutrición grave si el consumo es constante. Esto ocurre porque el Speed reduce el apetito, haciendo que quienes lo consumen no coman adecuadamente, lo que debilita aún más el cuerpo.

En los riñones y el hígado, el Speed también deja su huella, ya que estos órganos se ven obligados a procesar las toxinas de la droga. Con el tiempo, esto puede causar daños irreversibles, e incluso insuficiencia renal o hepática.

A nivel neurológico, el daño también es importante. El cerebro se sobrecarga, liberando enormes cantidades de dopamina, lo que genera la sensación de euforia. Sin embargo, este aumento no es sostenible y, a medida que el cerebro se adapta, el consumo constante de Speed puede provocar alteraciones en la memoria, en la capacidad de tomar decisiones y en el control emocional. Los daños al sistema nervioso pueden ser permanentes, y con el tiempo, los consumidores pueden experimentar problemas cognitivos y de concentración, que dificultan la vida diaria.

El PNSD lo deja claro diciendo que: “Inmediatamente después de ser fumada o inyectada por vía intravenosa se produce una sensación intensa de placer, a la que se denomina “flash”, que dura sólo unos minutos. La inhalación y la ingesta oral provocan efectos de menor intensidad, más duraderos y de aparición algo más tardía (de 3 a 5 minutos si se inhala y de 15 a 20 minutos si es por vía oral).”

Efectos psicológicos: La conexión entre el Speed y la salud mental

La metanfetamina, el componente principal del Speed, interfiere con el funcionamiento natural del cerebro, lo que puede generar una serie de efectos psicológicos:

• En primer lugar, la ansiedad es uno de los efectos más inmediatos que se pueden sentir tras el consumo de Speed. La sensación de nerviosismo constante, de que algo va a ir mal o de que no puedes relajarte, se vuelve constante. Esta ansiedad puede continuar incluso después de que los efectos inmediatos de la droga hayan pasado, provocando un malestar psicológico constante.
• La paranoia es otro efecto psicológico frecuente ¿Alguna vez has sentido que te están observando o que las personas a tu alrededor están en tu contra? ¿O que todo lo que sucede tiene algún significado oculto o siniestro? Estos pensamientos pueden parecer irreales, pero para alguien que consume Speed, la paranoia se convierte en una constante.
• Otro de los efectos es la depresión. La sensación puede ser aplastante, y la tristeza parece no tener fin. El cerebro, que se ha acostumbrado a recibir estímulos artificiales de la droga, pierde su capacidad de generar emociones positivas de forma natural.

Finalmente, la pérdida de memoria y la confusión mental son efectos comunes a largo plazo. Si alguna vez te has encontrado con dificultad para recordar cosas, como si tu mente estuviera nublada o borrosa, es posible que esto esté relacionado con el consumo de Speed. La droga afecta directamente a la memoria y a las funciones cognitivas, haciendo que el pensamiento claro se vuelva cada vez más difícil.

La verdad detrás de la falsa energía: Efectos a largo plazo de consumir Speed

Cuando consumes Speed, lo primero que sientes es una explosión de energía. Es como si pudieras hacer todo, como si no hubiera límites, y por un momento, el mundo parece más brillante y claro. Te sientes más despierto, más activo, con una falsa sensación de control sobre tu vida. Pero esa energía no es real; en realidad, lo que te está ocurriendo es mucho más peligroso de lo que parece.

El Speed engaña a tu cuerpo, dándote esa falsa energía mientras en realidad lo está agotando a un ritmo alarmante. La droga te hace sentir como si pudieras mantenerte despierto y activo durante horas o incluso días, pero en el fondo, tu cuerpo está luchando por mantenerse a flote. El agotamiento extremo comienza a acumularse sin que te des cuenta, hasta que tu cuerpo no puede más. Y, además, es común que tengas dificultades para dormir, lo que solo empeora la situación. Los trastornos del sueño son comunes entre quienes consumen Speed, y la falta de descanso adecuado comienza a afectar tu concentración, tu memoria y tu capacidad para funcionar de manera normal.

Lo que comienza como una explosión de energía se convierte rápidamente en un ciclo de agotamiento constante. Tu cuerpo ya no tiene la fuerza para sostenerse, y la única forma en que puedes volver a sentirte bien es consumiendo más droga. Este ciclo de consumo y agotamiento se convierte en una espiral peligrosa, donde el cansancio extremo, la falta de sueño y el desgaste físico se vuelven una parte habitual de tu vida.

Preguntas frecuentes sobre la adicción al speed

¿Cómo tratar la adicción al Speed? Opciones y tratamientos disponibles

El tratamiento para la adicción al Speed puede ser complejo, pero es completamente posible. La primera etapa generalmente implica una desintoxicación supervisada, donde el cuerpo elimina la droga de forma segura. Después, se puede recurrir a terapias de rehabilitación tanto individuales como grupales.

Los enfoques cognitivo-conductuales y psicoterapéuticos son comunes para ayudar a abordar las causas subyacentes del consumo y los patrones de comportamiento. Lo importante es saber que hay opciones de tratamiento, y el primer paso es buscar apoyo profesional. No tienes que hacerlo solo/a.

¿Qué pasa al combinar Speed con otras sustancias como alcohol o benzodiacepinas?

La combinación de Speed con otras sustancias como alcohol o benzodiacepinas puede ser extremadamente peligrosa.

• El alcohol, por ejemplo, puede enmascarar los efectos estimulantes del Speed, lo que lleva a consumir más de lo que el cuerpo puede soportar, aumentando el riesgo de sobredosis.
• Las benzodiacepinas, por otro lado, son depresores del sistema nervioso, y mezclar ambas puede tener efectos impredecibles y poner en riesgo la vida.

Si tú o alguien que conoces está combinando estas sustancias, es crucial buscar ayuda inmediatamente.

¿Cómo se consume el Speed y cuánto dura su efecto?

El Speed se consume de diversas formas, lo que influye directamente en los efectos que produce.

• Si se fuma o se inyecta por vía intravenosa, la persona experimenta de inmediato una sensación intensa de placer, conocida como “flash”, que dura solo unos minutos.
• Por otro lado, cuando se inhala, los efectos tardan entre 3 a 5 minutos en aparecer, y si se ingiere por vía oral, se tardan entre 15 y 20 minutos.

En comparación, los efectos de la inhalación y la ingesta oral son más duraderos, pero de menor intensidad. Sin importar la forma de consumo, los efectos inmediatos incluyen euforia, un aumento de energía y una sensación de alerta. Sin embargo, estos efectos no duran más de 3 a 6 horas, dependiendo de la cantidad y el modo de consumo.

¿Cuáles son los nombres más comunes del Speed?

El Speed es conocido por varios nombres de calle, y esto puede variar dependiendo de la región o el contexto. Algunos de los nombres más comunes incluyen “cristal”, “meth”, “hielo”, “chalk” o “crystal meth”. Aunque el nombre varíe, el principio activo y los efectos en el cuerpo y la mente son prácticamente los mismos.

¿Por qué los jóvenes y adolescentes recurren al Speed?

El consumo de Speed entre jóvenes y adolescentes puede estar relacionado con la presión social, la búsqueda de aceptación y la curiosidad. Algunos lo ven como una forma de hacer frente a las dificultades emocionales o a las expectativas escolares y sociales.

Sin embargo, lo que muchos no comprenden es que el Speed no solo no resuelve los problemas, sino que los agrava a medida que se crea una dependencia y un ciclo de consumo. Si tú o alguien cercano está pasando por esto, hay ayuda disponible para salir de este camino.

¿Qué es el “bingeing” con Speed?

El término “bingeing” se refiere a cuando alguien consume grandes cantidades de Speed en un corto período de tiempo, generalmente para mantener los efectos de euforia o energía por más tiempo. Este patrón de consumo puede ser extremadamente peligroso y puede llevar a consecuencias graves como sobredosis, daños cerebrales, y un desgaste físico y emocional. Es importante reconocer que este comportamiento no es sostenible ni saludable, y buscar ayuda es fundamental para romper el ciclo del “bingeing”.

Como dijo el poeta Rainer Maria Rilke: “Tal vez la manera de estar con nosotros mismos es comenzar por ser generosos con nosotros mismos.” Es tiempo de permitirte sanar y de creer en el poder de la transformación. La adicción puede tener un control temporal sobre tu vida, pero no tiene el poder de controlarla para siempre.