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Seguro que más de una vez has escuchado: “Deja de consumir y listo, todo mejorará”. Pero ¿Qué sabrán del sufrimiento que estás viviendo los que te dan ese consejo? Sabes que te lo dicen por tu bien, pero también sabes que solo los que han estado en ese agujero saben lo que realmente significa y que no basta con eso ¿Podrás superarlo y no recaer? ¿Cómo sufrirás la abstinencia?
Este proceso no es una línea recta, ni un cambio instantáneo. Es una montaña rusa emocional, física y mental que hará que te enfrentes a las partes más difíciles de ti mismo mientras intentas reconstruir tu vida. Por lo que no, no basta con decir un “hasta aquí”. Es mucho más profundo, más complicado y, a la vez, más valiente.
Pero ¿Qué pasa realmente cuando alguien deja de consumir? La verdad es que no hay respuestas fáciles. Es un proceso lleno de emociones encontradas, donde la alegría de querer cambiar se mezcla con el miedo de no saber cómo hacerlo. Al principio, duele. Mucho. Habrá días buenos y días malos. Momentos en los que sientas que estás avanzando, y otros en los que todo parezca cuesta arriba. Tal vez incluso habrá recaídas… Y aunque pueda parecer que has fracasado desde Esvidas queremos que sepas no, no lo has hecho, es completamente normal. Una recaída no borra tu esfuerzo ni tus ganas de cambiar. Es solo un recordatorio de que el proceso no es lineal, y que está bien necesitar más tiempo y apoyo.
¿Qué pasa cuando dejas de consumir drogas? Fase de superación
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería tu vida sin las drogas? ¿Qué cambiaría en ti o en tu día a día? Si estás aquí, es probable que esa pregunta ya haya pasado por tu mente. Tal vez te inunde la duda, el miedo, o incluso sientas que no sabes por dónde empezar. Y está bien. Lo más importante es que ya has dado un paso, quizás el más importante: Buscar respuestas.
Dejar las drogas no es un proceso fácil. Es complicado, difícil y, en la mayoría de casos, doloroso y lleno de altibajos. Y no, no hay un manual que te diga exactamente qué hacer, porque no hay un solo camino que funcione para todos. Tu historia es tuya, y el camino que quieres elegir lo tienes que escoger solo y exclusivamente tu.
Durante mucho tiempo, las drogas fueron tu manera de lidiar con el mundo. Te ayudaban a silenciar tus pensamientos, a escapar de lo que te hacía daño, a encontrar algo de alivio, aunque fuera momentáneo. Eran, en muchos casos, tu refugio. Pero, aunque ese refugio parecía ofrecerte algo de paz, también te estaba consumiendo por dentro.
La abstinencia es un proceso complicado, que no sigue un patrón único para todos. Depende de cada persona, de la sustancia a la que se haya vuelto dependiente, de cuánto tiempo haya durado esa dependencia. Sin embargo, lo que sí es común es que, al dejar una droga o sustancia, los primeros días son los más difíciles.
Pero aquí está la verdad: Esos momentos no duran para siempre. Son parte del proceso de adaptación. Es tu cuerpo y tu mente reajustándose, descubriendo cómo vivir sin esa carga.
El impacto físico. Cuando el cuerpo empieza a hablar
Cuando decides dejar de consumir drogas, tu cuerpo empieza un proceso de adaptación que no es nada fácil. Nadie te dirá lo contrario. Es profundamente doloroso, tanto física como emocionalmente, pero también es el primer paso hacia la vida y el futuro que tanto quieres y tanto has pensado, por el que estás tomando esta decisión.
Los síntomas físicos de la abstinencia suelen aparecer en las primeras horas o días después de tu último consumo y dependen del tipo de droga que hayas tomado o la adicción comportamental que tengas (Ludopatía, por ejemplo) ¿Cuándo exactamente? Eso depende de la droga que consumes, cuánto tiempo llevabas haciéndolo y en qué cantidad. Por ejemplo:
- Si se trata de opioides, los síntomas pueden aparecer en 6-12 horas.
- Con alcohol o ciertos tranquilizantes, como benzodiacepinas, puede tardar un poco más, pero suelen ser más intensos.
- Si consumes cocaína, marihuana o metanfetaminas, también notarás cambios, aunque a veces más graduales.
¿Y qué puedes sentir al dejar las drogas? Quizás ya estás viviendo alguno de estos síntomas:
- Sudoración excesiva y temblores.
- Dolores musculares y calambres.
- Náuseas, vómitos o pérdida del apetito.
- Fatiga extrema o insomnio.
- Dolor de cabeza y sensación de malestar general.
- Cambios en la temperatura corporal (escalofríos o calor repentino).
Lo que estás sintiendo ahora –cada temblor, cada escalofrío, cada momento de debilidad– no significa que algo esté yendo mal; es tu cuerpo buscando recuperar su equilibrio. Durante mucho tiempo, se acostumbró a depender de una sustancia, y al dejarla, tiene que ajustarse. Por eso es importante que sepas qué esperar y entender lo que está pasando, puede hacer que todo esto sea un poco menos doloroso.
¿Por qué ocurre esto? Muchas drogas afectan directamente al cerebro, especialmente a las sustancias que te hacen sentir bien, como la dopamina. Con el tiempo, este deja de producirlas por sí mismo porque está acostumbrado a que la droga haga el trabajo. Cuando decides dejar de consumir, tu cerebro tiene que reaprender a funcionar sin ese «empujón químico». Es un proceso lento, pero absolutamente posible.
Lo mismo ocurre con otros sistemas de tu cuerpo, como el digestivo o el cardiovascular, que también deben reajustarse. Este proceso puede generar sensaciones intensas, pero entender lo que está sucediendo puede ayudarte a enfrentarlo con más calma y de una manera más segura, sabiendo que es exactamente lo que tu cuerpo necesita para estar en el camino correcto.
Es importante que sepas que estos síntomas, aunque dolorosos, son temporales. Porque sí, tu cuerpo es fuerte, aunque a veces sientas lo contrario. Se cura, se adapta y se repara. Con cada hora que pasa, estás un paso más cerca de sentirte mejor. Piensa en esto: ¿Y si lo que hoy duele tanto, mañana empieza a doler un poco menos, y al final, acaba desapareciendo? Eso es lo que va a ocurrir con la abstinencia. Cada día que avanzas te acerca más a la persona que eres capaz de ser.

Tus emociones y el reto de enfrentarlas ¿Por qué te cuesta tanto?
Tal vez lo más difícil no sea lo físico, sino lo emocional. Y es que, cuando decides dejar las drogas, te enfrentas a algo mucho más grande que solo dejar de consumir. Te enfrentas a tus emociones, a tu pasado, a todo eso que te llevó a estar en el punto en el que estas. Ahora llega el momento en el que debes de entender que factores influyeron en tu consumo y te llevaron a depender tanto de las drogas.
Puede que sientas que todo lo que habías estado callando durante tanto tiempo empieza a salir, como una avalancha que te cubre por completo. La tristeza, la ira, la ansiedad, la soledad… Todo eso que guardaste bajo llave con la droga ahora parece ser demasiado, ¿Verdad? Es como si las emociones que nunca quisiste enfrentar te estuvieran aplastando, y todo esto puede ser mucho más doloroso que toda la parte física.
Cada vez que consumías, las drogas te ayudaban a desconectar, a apagar lo que no podías controlar o lo que no querías pensar, porque te dolía demasiado como para tenerlo en la cabeza a todas horas… No sentías nada. Cada vez que algo te dolía, recurrías a ellas para seguir adelante. Pero ahora, al dejar las drogas, todo eso que habías estado escondiendo empieza a salir. Las emociones que habías enterrado están pidiendo que las enfrentes de una vez, y lo hacen de la manera más cruda posible, porque siguen ahí y aun no has sido capaz de enfrentarlas ¿Es injusto? Tal vez. Pero es parte del proceso de curación.
Tu cerebro, tan acostumbrado a la “ayuda” de las sustancias, ahora tiene que aprender a gestionar las emociones de manera natural, lo que no es fácil. Es un ajuste lento, doloroso y, sí, a veces parece que no acabarás nunca con esta sensación de estar a punto de romper. Pero queremos que sepas que lo que sientes no es un fracaso. Es un signo claro de que estás reconstruyendo tu vida desde dentro ¿Qué puedes sentir mientras atraviesas todo esto?
- Uno de los primeros sentimientos que pueden surgir es la ansiedad. Puede ser una sensación de nerviosismo constante, como si estuvieras esperando que algo malo suceda.
- La irritabilidad es otra emoción que puede volverse bastante fuerte. Puede ser que te sientas más molesto por cosas que antes ni siquiera te habrían afectado. Esto pasa porque, sin la sustancia, tu cerebro no tiene el mismo nivel de dopamina o serotonina que antes.
- Es posible que también experimentes una tristeza profunda. Muchas veces, las personas recurren a las drogas para lidiar con sentimientos de vacío, tristeza o dolor. Y ahora, sin ellas, esos sentimientos emergen con más fuerza.
- Y, por supuesto, las ganas de consumir pueden ser una de las emociones más fuertes durante la abstinencia. La lucha contra el impulso de volver a caer en lo conocido, de ceder a la tentación, puede ser desgarradora.
Este dolor que sientes ahora no es un reflejo de tu debilidad, es un signo de que estás dando el paso correcto. Está siendo muy duro, sí, pero cada vez que soportas y aceptas una de esas emociones, sin huir de ellas, estás ganando una batalla. Puede que ahora te sientas atrapado, pero dentro de ti hay una fuerza que ni siquiera imaginas. Es una fuerza de sanación, una fuerza que te llevará a un lugar mejor, y desde Esvidas lo sabemos bien.

¿Y después? El futuro tras dejar las drogas
Después de superar el síndrome de abstinencia o proceso de desintoxicación inicial, que es una de las etapas más desafiantes, comienza una etapa de reconfiguración o reinserción social, donde el cuerpo y la mente necesitan adaptarse a un nuevo estilo de vida. No es solo una cuestión de dejar de consumir; se trata de aprender a vivir sin las drogas, de reconstruir tu vida desde cero, y eso lleva tiempo, esfuerzo y una constante evolución personal.
Ahora que las sustancias ya no están presentes, la verdadera pregunta es: ¿Cómo gestiono todo esto que siento? ¿Cómo evito recaer cuando las ganas de consumir surgen de nuevo? Este proceso de transformación no es fácil, y lo más probable es que las tentaciones sigan apareciendo, las emociones viejas y los recuerdos se presenten de vez en cuando. Pero con el tiempo, y con el trabajo continuo, empezarás a notar cómo te liberas más de esas viejas ataduras. Y es ahí cuando aprenderás a gestionar esas emociones que antes no sabías cómo manejar. Porque, con el tiempo, te darás cuenta de que esto no es algo que ocurra de inmediato, sino una habilidad que vas desarrollando con paciencia y autocuidado.
La clave está en aprender a vivir sin las drogas, a enfrentarte a las emociones y los pensamientos sin depender de ellas. Aquí te dejamos algunas formas de gestionar este proceso y fortalecer tu recuperación a largo plazo.
- Identifica qué te hace querer consumir de nuevo. A veces, el estrés o las emociones intensas pueden disparar esos impulsos. Otras, puede ser el simple hecho de estar solo o aburrido. Al reconocer estos momentos, puedes prepararte mejor para enfrentarlos de manera más saludable, sin caer en viejas costumbres.
- Las emociones no desaparecen, pero aprender a lidiar con ellas de forma más constructiva es parte del proceso. El estrés, la ansiedad o la tristeza son normales y están ahí para ser comprendidos, no ignorados. La clave es aprender a afrontarlos sin buscar un escape.
- Ocupa tu tiempo con actividades positivas. Al principio puede ser difícil encontrar cosas que te llenen, poco a poco irás descubriendo nuevas formas de disfrutar sin las drogas. Ya sea hacer ejercicio, leer, pintar o practicar mindfulness, lo importante es que esas actividades te conecten contigo mismo, te den un propósito y te mantengan enfocado en el presente.
- Sé amable y paciente contigo mismo. El camino no es fácil, y es normal que algunas veces te sientas frustrado. Pero recuerda que cada paso que das, por pequeño que sea, es un logro. Evita ser demasiado duro contigo mismo. La recuperación no es una carrera, sino un proceso, y tomar el tiempo que necesites es completamente válido. La paciencia y la compasión contigo mismo te ayudarán a avanzar sin apresurarte.
El camino hacia una vida sin drogas no es lineal ni fácil, pero cada paso que tomas te acerca más a una versión más fuerte y libre de ti mismo. Cada pequeño logro, cada momento de autocuidado, te lleva más cerca de una vida más plena, donde el control y el bienestar son tuyos.

La importancia del apoyo en el proceso de recuperación
Una de las principales razones por las que muchos recaen después de superar una adicción es el aislamiento. Cuando nos sentimos solos o incomprendidos, el deseo de consumir puede ser más fuerte.
Es aquí donde pedir ayuda se vuelve tan importante. No tienes que enfrentarlo todo solo. Los profesionales de la salud mental son expertos en acompañar a personas que han vivido esa lucha interna. Ellos conocen las herramientas y métodos que pueden ayudarte a comprender lo que sientes y, sobre todo, a aprender a manejarlo de manera más saludable. Ellos saben que cada historia es única y que, para cada emoción difícil, existe una forma adecuada de afrontarla.
Existen diversas formas de apoyo disponibles para ayudar a quienes están atravesando este proceso:
- Terapia individual: Hablar con un profesional te da un espacio seguro para expresarte y aprender herramientas para enfrentar tus emociones.
- Grupos de apoyo: Compartir con personas que han pasado por lo mismo puede ser reconfortante. No estás solo en esta lucha, y juntos pueden apoyarse.
- Terapia familiar: La adicción afecta a todos los que te rodean. Sanar juntos fortalece los lazos y les ayuda a enfrentarlo como equipo.
Buscar ayuda no significa que no puedas con esto. Al contrario, es una forma de enfrentar la situación. Existen muchas formas de apoyo a tu disposición, y cada una de ellas puede ayudarte a dar un paso más hacia la sanación. Recuerda que no estás solo en este camino.
¿Quién eras antes de las drogas? ¿Qué te hacía feliz? Muchas veces, al consumir, dejamos de lado los pequeños placeres de la vida: reír, escuchar música, disfrutar de una comida, soñar con el futuro. Pero al dejar las drogas, esas cosas empiezan a regresar. Recuerda lo que dijo Nelson Mandela: ‘Siempre parece imposible hasta que se hace.’ Cada paso que das hacia la recuperación es una muestra de tu fuerza y de lo posible que es cambiar tu vida. Elige el camino correcto, y cambia tu futuro de la mano de los mejores profesionales, en Esvidas creemos en ti, contáctanos.
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