Jason Padina

¿QUÉ ES PARA MI LA ADICCIÓN? MI EXPERIENCIA

Entender lo que es la adicción y no verlo con el rechazo con el que lo veía en los años 90, en un mundo en el que el adicto se veía como un vicioso infrahumano y no como una persona enferma y vulnerable, es lo que me llevó hasta aquí, hasta donde estoy.

Mi experiencia con la adicción comienza en los años 90, cuando irrumpió de forma violenta en mi vida a través de un familiar que además hizo todo lo posible por destruir mi relación de pareja. Vi cómo destruía el tejido familiar, cómo dejaba niños abandonados por el camino, ya que todo era secundario a la obsesión por consumir. No era capaz de entender lo que era esa cosa que tanto afectaba a esta persona y me provocaba un rechazo tan grande que, hasta el punto de tener que poner distancia, me fui del país con todo en contra y sin dinero, con tal de alejarme lo más posible de esa situación. Esa experiencia me ayuda hoy a empatizar con las familias que nos llaman todos los días.

En cuanto a momentos significativos en mi experiencia trabajando con Esvidas, los asesores asesoramos, pero los logros se los dejamos mejor al equipo terapéutico.

Nos llegan casos todas las semanas casos de personas que sabes que van a morir si no acuden a un centro de tratamiento, pero están empeñados en autodestruirse. También recibimos llamadas de familiares que son incapaces de poner los límites necesarios a un adicto y tienen una codependencia tan brutal que no se dan cuenta de que están enfermando ellos mismos, y lo que es peor, son cómplices en la adicción de su ser querido.

Además, nos llaman muchas personas sin recursos que ya no pueden más y abiertamente te hablan de acabar con su vida. En esos momentos, lo único que puedes hacer es aconsejarles sobre una serie de recursos que sabes que, en el fondo, de poco les va a servir.

Aunque tenemos un protocolo 112 para casos en los que hay una vida en peligro, una vez que cuelgas el teléfono, no tienes más remedio que desconectar, olvidar y pasar al siguiente caso. Aprendes a dejar las emociones fuera y formas un caparazón de protección que te permite seguir con tu vida sin que te afecte, teniendo cuidado de no perder la humanidad y la empatía que esta labor exige.

¿Qué me motiva a seguir en este sector, a pesar de sus dificultades? Seguro que quieres escucharme decir que lo hago por el bien que hacemos y que ayudar a las personas me llena, etc. Pero, honestamente, la realidad de esto es que te proteges tanto de lo malo que eres incapaz de ver lo bueno. Si me paro a analizarlo, veo que ayudar, yo no ayudo; yo solo señalo el camino, y es el adicto el que se tiene que ayudar y dejarse ser ayudado por el increíble equipo terapéutico que tenemos. El logro no es mío, yo solo contesto al teléfono y asesoro a la gente con problemas. De momento, atiendo a una media de 1000 personas al año, de las cuales un 10% acaba en tratamiento. Así que mi motivación realmente es seguir aquí a tope, intentando mejorar esa tasa de éxito que es tan necesaria.