Salvador Gonzalez

¿QUÉ ES PARA MI LA ADICCIÓN? MI EXPERIENCIA

Soy Salva González, terapeuta, monitor y gestor externo del grupo Esvidas.

Mi recorrido en este sector comenzó con mi propia experiencia como adicto. Me ingresé en un centro un día después de haber pasado por médicos y psiquiatras de manera ambulatoria. Sin embargo, en aquel entonces, esos intentos eran más una forma de acallar las voces de quienes me rodeaban —mi familia y amigos que intentaban ayudarme y me lo decían constantemente— que un verdadero deseo de cambiar. Quería seguir consumiendo porque, en ese momento, no sentía que estuviera enfrentando consecuencias reales.

Aunque mi vida ya estaba al borde del colapso, no lo veía con claridad. Llegué a enfrentar situaciones extremas: Estaba al borde de la muerte, a punto de entrar en la cárcel, y repetía los mismos patrones una y otra vez sin poder detenerme. Estaba enfermo.

La decisión de ingresar en un centro marcó un punto de inflexión en mi vida. Recuerdo ese día como uno de los más difíciles: 2 horas angustiantes valorando si me encerraban o no. Pero incluso ese episodio no fue suficiente para cambiar de inmediato. Seguía consumiendo y mi vida continuaba siendo un caos lleno de problemas y sufrimiento.

No lograba completar nada: ni estudios, ni trabajos. Todo lo dejaba a medias, y cada proyecto en mi vida parecía tener una fecha de caducidad. Mi día a día consistía en sobrevivir, buscando cualquier manera de conseguir dinero para consumir. Aunque logré evitar la cárcel, mi situación empeoró hasta el punto de empezar a tener brotes psicóticos. Al principio eran puntuales, fruto del consumo, pero pronto se volvieron diarios. Llegué a creer que me seguían, que mi teléfono estaba intervenido. Miraba constantemente por la mirilla, dormía con armas… Una auténtica locura. Incluso después de ingresar en el centro, esos pensamientos me seguían afectando: Desconfiaba de los compañeros, de los coches que llegaban al centro, de todo. Mi mente era un caos.

A pesar de todo, en el fondo solo quería recuperarme. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para no morir, y eso fue lo que hice, aunque cada día fue un desafío. Entendí que necesitaba no solo ingresar en el centro, sino también pasar por viviendas tuteladas para adaptarme gradualmente a una vida sin consumo. Así fue como comencé mi recuperación.

Ocho meses después de estar en las viviendas tuteladas, el director del centro, José Manuel, me propuso empezar a colaborar poco a poco. Comencé como voluntario en uno de los centros de Esvidas mientras continuaba mi proceso de recuperación. Esta experiencia también me ayudó a reinsertarme en la sociedad.

A partir de ahí, fui formándome como monitor y trabajé en la prevención de la drogodependencia. Pasé a formar parte de esta gran familia, con turnos y un puesto estable. Más adelante, me especialicé como técnico en adicciones bajo el modelo Minnesota y me encargué de los ingresos en el centro. También comencé a atender las llamadas que llegaban desde las páginas web y a trabajar con las familias en el primer contacto, ayudándoles a dar ese paso tan importante.

En ocasiones, me encontraba diciendo a las familias lo mismo que me dijeron a mí cuando decidí ingresar: “¿Quieres dejar de sufrir? Entonces ven ahora mismo”.

Poco a poco, fui asumiendo más responsabilidades en la gestión externa de los centros. Hoy en día, sigo dedicado a esta labor. Con la ayuda de José Manuel Zaldúa, coordino el centro Sevidas, donde cada día me esfuerzo por ayudar a más personas a encontrar su camino hacia la recuperación.